jueves, 26 de mayo de 2011

Estado Liberal y el Reformismo.

Índice
Introducción
La tendencia principal en el estudio del liberalismo costarricense, centroamericano y latinoamericano ha apuntado históricamente hacia su juicio a partir de los cánones del liberalismo clásico. Aun así, en nuestro país ya desde 1974 Eugenio Rodríguez planteaba que “…los liberales costarricenses tienen una mentalidad muy amplia que los distingue claramente de los liberales de otras latitudes.” Aunque la distinción no debe ser tan tajante, al menos brinda la oportunidad de buscar juicios al liberalismo a partir de sus características históricas.
En los últimos treinta años, los estudios sobre el liberalismo costarricense se han enrumbado en varias direcciones. En la década de 1970, los debates se centraron en la interpretación del liberalismo económico, enfatizándose el estudio del comercio exterior y del debate proteccionismo-librecambio, llegando a generarse una buena cantidad de series de datos económicos que, hasta hoy, han sido poco retomadas.
En las décadas de 1970-1990, el prisma bajo el cual se observó al liberalismo fue prioritariamente la producción cafetalera, pudiendo caracterizarse de manera detallada al “país del café”.
Auge del liberalismo en Costa Rica
En la segunda mitad del siglo XIX, el auge de la agricultura del café va a ocasionar grandes cambios en la vida económica, social y política de Costa Rica: el negocio de la exportación del grano de oro enriquece a unas familias y proletariza a otras; enriquece especialmente a los exportadores del grano que se ponen directamente en contacto con los mercados extranjeros, Londres sobre todo. Aparecen así las clases sociales en una previa sociedad sin clases: mejor dicho, aparece "una" clase, la oligarquía político-económica. Como dice Carlos Monje, "el enriquecimiento de unas familias trajo como consecuencia el paulatino despojo territorial de los pequeños propietarios. De esa manera, estos pequeños propietarios se convirtieron en la mano de obra que los grandes cafetaleros necesitaban.... En el siglo XIX ocurrió un fenómeno económico-social de grandes proyecciones en la vida nacional: se formaron dos tipos -desconocidos durante la colonia- el agricultor exportador y el peón (que en no lejana época poseyó tierra y cafetal) que trabaja en la finca del patrón". Cuando estos hechos se han consumado, asciende al poder una nueva generación, producto de las distintas circunstancias sociales, que se opone a la generación anterior, patriarca y popular: generación de familias ricas y aristocráticas que, aliada a dos militares enérgicos -los generales Blanco y Salazar- quitan y ponen presidentes por espacio de varios años a partir de la caída de Mora por el golpe de 1859. La nueva generación se inicia en el gobierno bajo la tónica del progreso, pudiendo concretarse el sentido de su obra en las palabras el dinero y la educación. El contacto con Europa, ocasionado por la exportación del café, crea el nexo cultural que necesita Costa Rica, y los hijos de las familias aristocráticas empiezan a viajar para cultivarse, usando los mismos barcos que transportan el grano de oro. Aparece entonces la inquietud educacional que antes de ese momento solo la mentalidad avanzada del Dr. Castro había poseído, siendo incomprendido por todos. Ahora sí, se da el gran paso en la tarea de la educación del pueblo mediante la cláusula constitucional que hace la enseñanza primaria gratuita y obligatoria, en el gobierno de don Jesús Jiménez. Este último gobernante trae al país a eminentes educadores europeos que vienen con las ideas liberales dominantes entonces en el viejo Continente, las cuales prenden fácilmente en la cera suave de los futuros hombres cultos. Estos maestros, Valeriano Fernández Ferraz, José Moreno Benito y otros, serán así los que formen a los hombres públicos de la más avanzada generación del 89.
Las reformas liberales
La denominada "reforma liberal" aplicada al agro costarricense fue de amplio recorrido: se desarrolló a lo largo del siglo XIX, comparándola con el contexto centroamericano.
Esta reforma puede estudiarse en dos etapas: "...la primera reforma oficial, que se efectúa en la primera mitad del siglo XIX (1833-1841), y la segunda...en el último tercio del siglo XIX". Desde la primera etapa, hacia mediados del siglo citado, la idea de la "vocación agrícola" y de la necesidad de desarrollar cultivos exportables ganó terreno en los sectores dominantes por lo que tanto liberales como conservadores exigieron un conjunto de transformaciones que dejasen el camino libre a la nueva expansión agrícola bajo el lema "gobernar es poblar", hecho similar para toda Centroamérica.
Durante el período de 1870 a 1914 se desarrolla plenamente el proyecto liberal de centralización y modernización del Estado, conformándolo de acuerdo con sus requerimientos, y existe una plena hegemonía de la ideología liberal en el país al lograrse el establecimiento de mecanismos de dominación que le permitieron la dirección intelectual y moral del país. Es por esta misma razón que es durante este periodo en el que se agudiza la tensión entre Estado e Iglesia, está última como promotora de valores adversos a la ideología liberal.
Gobierno de Tomas Guardia
Don Tomás Guardia Gutiérrez nación en Bagaces, Guanacaste, el 16 de diciembre de 1831. Sus papás fueron los señores Rudesindo Guardia Robles y María Gutiérrez Flores.
Fue un distinguido militar quien tomó parte en la campaña nacional en contra el estadounidense William Walker y sus filibusteros.
Siendo coronel, el 27 de abril de 1870, apoyado por otros militares, dio un golpe de estado al Presidente Jesús Jiménez Zamora, logrando derrocarlo.
Al llegar al poder, disolvió el Congreso que lo había elegido, gobernó como dictador y desterró a muchos de sus enemigos políticos. Durante doce años, como Presidente y aún sin serlo, fue quien tuvo el destino de Costa Rica en sus manos, a veces desde el poder y a veces mientras otro ejercía la Presidencia.
Era la autoridad máxima del país por la fuerza, a como hubiera lugar. Debía actuar así para sostenerse en el poder, debido a las continuas conspiraciones que se daban en contra de su mandato. Combatió sin descanso a la poderosa oposición y siempre encontró la forma de salir adelante.
Decretó la Constitución del 7 de diciembre de 1871, que estuvo vigente hasta 1948. Impulsó el desarrollo económico del país. Continuó los esfuerzo de los gobiernos de José María Castro Madriz y Jesús Jiménez Zamora, para la construcción del ferrocarril al Atlántico, iniciando así el desarrollo de la provincia de Limón.
Abolió la pena de muerte. Aumentó el número de escuelas y colegios públicos.
Aunque su gobierno fue militarista, se le califica como un presidente progresista que efectuó muchas obras de provecho para el país.
Fue declarado Benemérito de la Patria el 25 de julio de 1876. Murió en Alajuela el 6 de julio de 1882.
Principales logros de su gobierno
-Abolió la pena de muerte
-Dictó la Constitución de 1871
-Se estableció la isla San Lucas como cárcel en 1873
-Inició la construcción del ferrocarril al Atlántico en 1879
-Fundó el Banco de la Unión, hoy Banco de Costa Rica 1877
-Se iniciaron las exportaciones de banano hacia los Estados Unidos en 1880
-Se fundaron los Archivos Nacionales en 1881
-Permitió la llegada al país de la orden de los jesuitas y las religiosas de Sión, para que impulsaran la educación
-Aumentó considerablemente el número de escuelas y colegios. Legislación de las reformas liberales
La Constitución Liberal de 1871 mantuvo los municipios tan solo en las cabeceras de provincia y es en 1876 con una reforma a la Constitución del 71 que se dio el reestablecimiento de municipalidades en cantones menores. Este hecho permitió que el régimen municipal cantonal tuviera la continuidad necesaria para lograr cierta estabilidad, la cual perdura hasta nuestros días.
Básicamente, la funcionalidad municipal careció de rupturas en el periodo 1876-1940; sufrió cambios en cuanto al espacio jurídico-administrativo, pero no desde el punto de vista institucional.
Sin embargo, como se ha dicho, a partir de 1876 las leyes liberales incurrieron en el debilitamiento del régimen municipal y tendieron a la centralización en el Gobierno Central.
El Estado Liberal consolidado bajo el régimen de Tomás Guardia entre 1870 y 1882, se dio el lujo de realizar una serie de cambios sociales, políticos y económicos que marcaron el desarrollo de los cantones, que vieron florecer muchas de sus obras municipales a la sombra de un liberalismo que conllevó, contradictoriamente, a una hacienda municipal escasa e insuficiente.
El padre Bernardo Augusto Thiel
Nació el 1 de abril de 1850, en la provincia del Rhin Alemania. En París recibió la orden de diaconado y el 7 de junio de 1874, fue ordenado sacerdote.
Llegó a Costa Rica en diciembre de 1877. En 1878 gobernaba la Diócesis en calidad de Administrador Apostólico.
El 27 de febrero de 1880 fue designado Obispo de Costa Rica por la Santa Sede. Su consagración Obispal tuvo lugar en la Catedral de San José el 5 de septiembre de 1830.
Gobernó la Diócesis por espacio de 21 años. Expulsado del país durante el Gobierno de don Próspero Fernández. Don Bernardo Soto le autorizó nuevamente la entrada al país.
Publicó 47 cartas pastorales. Entre las obras de beneficencia están el Hospicio de Huérfanos y el Hospicio de Incurables, además de la construcción de numerosas Iglesias.
El Congreso Constitucional de la República lo declaró BENEMÉRITO DE LA PATRIA el 25 de mayo de 1921, por Decreto No. 4.
'Reformas liberales de Costa Rica en el siglo XX'
Murió en San José, el 9 de septiembre de 1901. Los jesuitas en Costa Rica
Hacia mediados del siglo XIX el gobierno Federal Centroamericano suprimió las órdenes religiosas en Centro América. Ello obligó a los franciscanos, que habían hecho tanto bien desde la época colonial, a irse de esta nación costarricense, quedándose algunos de ellos ancianos en Cartago, en espera de que el Señor los llamara a su Casa. A fines del siglo XIX fue expulsado el gran obispo Thiel y los Padres jesuitas; había sido cerrada la única universidad que había en esta nación y clausurado el mejor colegio de Centro América, el San Luis Gonzaga, situado en la Ciudad de Cartago, junto con otra serie de medidas anticlericales, todo por hacer daño a la Iglesia Católica... De los Franciscanos quedaron sus buenas obras, las edificaciones y el recuerdo de su gran espíritu misionero... La reforma educativa de Mauro Fernández
El plan de reforma de Mauro Fernández se llevó a cabo por etapas y tenía como metas la reorganización total de la enseñanza primaria en sus diferentes aspectos, la organización de una buena segunda enseñanza (en ese momento prácticamente inexistente) y la reorganización de la Universidad, para que respondiera de modo más acorde con las necesidades de la sociedad costarricense.
Los primeros pasos de la reforma fueron la emisión de la Ley sobre Juntas de Instrucción Pública (1985), la Ley Fundamental de Instrucción Pública (1885) y la Ley General de Educación Común (1886).
La Ley General de Educación Común, que era lo medular de la reforma en la enseñanza primaria, otorgaba al Ministro de Educación Pública la dirección y supervisión de la enseñanza primaria; establecía una serie de mecanismos de control y supervisión a cargo de organismos que ya se habían creado en otras oportunidades pero que, por diferentes motivos, eran inoperantes, por lo que se buscaba hacerlos funcionar de una manera más racional.
El Secretario de Instrucción Pública ejercía sus funciones de dirección e inspección a través del Inspector General de escuelas y de los Inspectores Provinciales. Dentro de este esquema, las Municipalidades perderían el papel que venían desempeñando en la educación y les quedaba como atribución solamente la inspección inmediata de las escuelas, que llevarían a cabo a través de las Juntas de Educación de cada uno de los distritos de sus respectivos cantones.
Con respecto al financiamiento, se dieron varias circunstancias que favorecieron la reforma. Aunque los primeros años de la Administración Soto se dieron bajo "el signo de la crisis económica, (...) hacia 1887 se ha salido de la crisis, y hay a partir de entonces una notable expansión de los negocios privados junto a una etapa de intensa actividad estatal; (...) se viven años de afirmación civil y de fundamentación democrática" El país tuvo durante ese período una relativa bonanza económica producto de un excelente precio del café en el mercado europeo, la expansión de las exportaciones bananeras, y del aumento de las importaciones que produjeron mayores ingresos por concepto de aduanas. Algo muy importante, Mauro Fernández ocupaba también la Secretaría de Hacienda y Comercio y en sus manos estaba la decisión sobre el financiamiento educativo (no sobra decir que recibió siempre el apoyo del Presidente Bernardo Soto). Lo anterior permitió que el aparato educativo obtuviera un adecuado sustento financiero. El aporte del Tesoro Público a la educación se incrementó relativamente a partir de 1886. A la vez, se crearon dos importantes mecanismos de financiamiento y subvención infraestructural: el almacén de útiles y el empréstito escolar. Es interesante observar -como lo ha señalado Astrid Fischel- que los mecanismos de apoyo material creados por el Estado en 1886-1889 constituyeron una ingeniosa combinación de ayuda estatal y aporte comunal.
Una de las mayores preocupaciones de la reforma fue la formación de los docentes, al respecto se dictaron varias medidas que tenían dos orientaciones: por una parte, el refrescamiento y capacitación del personal en servicio para la utilización óptima y, por otro lado, la formación adecuada de nuevos docentes. Para estos fines se obligó a los maestros a asistir a conferencias pedagógicas periódicas, se creó el boletín EL Maestro que difundiría conocimientos entre todo el personal docente, se crearon en el Liceo de Costa Rica y en el Colegio Superior de Señoritas "Secciones Normales" que formarían nuevos maestros de acuerdo con lineamientos pedagógicos modernos, además se encaminó hacia una elevación salarial de los maestros. En cuanto a la enseñanza media, los salarios de los profesores aumentaron significativamente; también se contrataron profesores extranjeros que permitieron elevar la calidad de la segunda enseñanza.
En la enseñanza primaria se estableció el principio de "escuela graduada" que era la contraparte de la escuela unitaria que imperaba hasta ese momento. Se trataba de que los alumnos de edades y nivel de instrucción semejantes se encontraran juntos entre sí y separados de los de otras edades y niveles de conocimiento. Se establecieron dos clases de escuelas graduadas, las completas, que tenían tres niveles de instrucción: elemental, medio y superior (cada uno con dos grados), y las incompletas con los niveles elemental y medio.
Se estableció el mínimo de instrucción obligatoria, que comprendía Lectura, Escritura, Aritmética, Geometría, Nociones de Geografía Universal y de Costa Rica, Historia de Costa Rica, Ejercicios Prácticos de Lenguaje, Gimnástica, Moral e Instrucción Cívica.
Finalmente, en lo que se refiere a la metodología y planes de estudio, se dictaron diversas disposiciones de corte "positivista".
En cuanto a la organización de la enseñanza media, se crearon algunas instituciones, otras desaparecieron, y se reorganizó el plan de estudios. La primera acción fue la creación del Liceo de Costa Rica y el Instituto de Alajuela. El Liceo de Costa Rica se dividió en Escuela y Colegio. El Colegio con dos niveles: Inferior y Superior (o Gimnasio); el nivel inferior era la etapa preparatoria para la segunda enseñanza y el Gimnasio era el nivel específico de los estudios secundarios. El Instituto de Alajuela se organizó con una parte de primaria y el nivel inferior del Colegio preparaba a los jóvenes para alguna de las carreras que impartía el Liceo. La idea era la de establecer colegios en las diferentes provincias siguiendo el modelo del Instituto de Alajuela; de este modo se reorganizó el Colegio San Luis Gonzaga y el Instituto de Heredia. Se creó también el Colegio Superior de Señoritas. Sin embargo, la realidad era que solamente el Liceo de Costa Rica brindaba enseñanza media en toda su extensión.
En cuanto a la enseñanza universitaria, Mauro Fernández clausuró en 1888 la Universidad de Santo Tomás, aduciendo que no respondía a las necesidades de la sociedad costarricense en ese momento.
Mauro Fernández era de la idea que el gobierno debía reformar la Universidad de una manera significativamente diferente; de hecho, pensaba en términos de un politécnico al estilo francés, donde las ciencias y las técnicas ocuparían el lugar fundamental, pero primero debía darse la completa reorganización de la primaria y de la segunda enseñanza, base de la educación superior.
En realidad, Mauro Fernández, al igual que sucedió en otras partes de América Latina, se vió influenciado por el modelo "napoleónico" de educación superior, que constituía una reacción contra las universidades del Ancien Régime. Esta visión disgregadora de la universidad unitaria anterior, profesionista, e influenciada por el discurso positivista, fue común entre los políticos liberales latinoamericanos del siglo pasado.
En la Universidad de Santo Tomás solo existía la Facultad de Derecho; además, la segunda enseñanza que funcionaba bajo el auspicio de la misma Universidad tenía grandes dificultades. Existía sustento para la propuesta de cerrar la Universidad de Santo Tomás; esta medida suscitó una gran polémica, como la sigue provocando en nuestros tiempos. Unos decían que representaba el estancamiento intelectual; otros decían que era sana, ya que había que estructurar primero los niveles inferiores.
El sueño de Fernández de organizar la enseñanza superior de acuerdo "a las necesidades más apremiantes del país" y a su ideario se vio de cualquier manera frustrado: la falta de tiempo y la ausencia de medios económicos para tal propósito le imposibilitaron llegar a feliz término muchos de sus planes. Lo único que su gestión ministerial dejó en cuanto a la educación superior fue el cierre de la Universidad de Santo Tomás.
A pesar de todas las limitaciones que esta institución podía exhibir, había tenido una gran influencia; buena parte de los gobernantes y políticos de la época habían pasado por sus aulas. Pero, además, no existiendo durante mucho tiempo un sistema educativo racionalizado y centralizado, había ocupado un papel importante en la orientación y dirección educativas.
Conclusión
Los procesos de independencia en América Latina se encuentran vinculados la extensión en los países europeos y en Estado Unidos del liberalismo y las necesidades de estos de obtener materia prima para los procesos de industrialización y mercados exentos de las restricciones establecidas por las coranas portuguesa y española.
El vínculo existente entre la Iglesia Católica y los sistemas de monarquía absoluta conllevó el ataque que fue objeto la Iglesia Católica por el pensamiento liberal de los siglos XVIII y XIX. En América Latina, al poseer la Iglesia Católica un importante control y protagonismo en diversos aspectos de la vida social, económica y política de estos pueblos; implicó que la consolidación de los Estados se realizará mediante la exclusión de la Iglesia Católica.
En Costa Rica la consolidación del Estado se inició a la luz de las ideas de la Ilustración Francesa combinadas con principios cristianos, pensamiento al que se denominado catolicismo ilustrado.
Bibliografía
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http://www.uaca.ac.cr/acta/1997may/gustav01.htm
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Reformas Liberales de Costa Rica en la segunda mitad del siglo XIX Vanessa Jiménez.

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