Gastronomía
de Francia
La gastronomía francesa
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La gastronomía de Francia está considerada como una de las más importantes del mundo. Está
caracterizada por su variedad, fruto de la diversidad regional francesa, tanto cultural como de materias primas, pero también por su
refinamiento.1 2 Su influencia se deja sentir en casi todas las
cocinas del mundo occidental, que han
ido incorporando a sus bases conocimientos técnicos de la cocina francesa.
Varios chefs franceses tienen una gran reputación internacional, como es el
caso de Taillevent, La Varenne, Carême, Escoffier, Ducasse o Bocuse. Está ahora incluida, junto con la gastronomía de México, en la
lista del Patrimonio
Cultural Inmaterial de la Humanidad, desde el 16 de noviembre de 2010,3
Diversidad
Tradicionalmente, cada región posee su propia cocina:
- la cocina del noroeste utiliza la mantequilla, la crème fraîche y la manzana;
- la cocina del suroeste utiliza el aceite, el foie gras, las setas y el armañac;
- la cocina del sureste está caracterizada por influencias italianas y se sirve de la aceituna, las finas hierbas y el tomate;
- la cocina del norte está caracterizada por influencias belgas y se sirve de la patata, de la carne de cerdo, de judías y de la cerveza;
- la cocina del este, caracterizada por influencias alemanas, se sirve del tocino, las salchichas, la cerveza y el sauerkraut.
Además de estas cinco grandes zonas regionales, existen también otras
cocinas locales como la cocina del valle de Loira (famosa por sus pescados al vino blanco), la cocina vasca (caracterizada por el abundante uso del tomate y el pimiento de Espelette), la cocina
de Rosellón (muy cercana de la cocina catalana) o la cocina del centro con
su caza, su pâté de Pâcques, sus patatas (Creuse) o sus vinos y sus pescados de agua dulce (en Brenne).
Hoy día, a causa de los movimientos de personas, estas diferencias
regionales tienden a difuminarse, aunque siguen siendo observables, y una
persona que viaje por Francia puede observar cambios significativos en la
manera de cocinar, en los platos servidos y en los ingredientes utilizados. Por
otra parte, la tradicional predilección del consumidor francés por los
productos de la tierra (terroir) ha favorecido un fuerte renacimiento de la
cocina regional y de sus productos, mientras que el movimiento slow food (también llamado ecogastronomía)
gana en adeptos.
Algunas cocinas exóticas como la china y la vietnamita, junto con
algunos platos de las ex colonias magrebíes (con el cuscús a la cabeza), también se han ido incorporando al elenco.
Fresco dedicado a la gastronomía en la Cité de la Création de
Lyon.
Imagen externa
En el extranjero se asocia normalmente la gastronomía francesa con la alta cocina servida en los grandes restaurantes y con
elevados precios. Esta cocina, altamente refinada, es heredera directa de las
cocinas regionales de Lyon (con sus conocidos bouchons) y de la región de París. Sin embargo, hay que
tener en cuenta que los franceses lógicamente no comen o no preparan esta
cocina en su vida diaria. Generalmente los ancianos tienden a consumir platos
típicos de su región, mientras que los más jóvenes son propensos a comer
especialidades de otras regiones o incluso comida extranjera.
Pero hay otros productos, más cercanos al consumidor de a pie que la
llamada haute cuisine, que están
universalmente identificados con la gastronomía gala. Es el caso de la baguette, del paté o de los vinos y quesos franceses, que con su
amplia variedad y elevada calidad forman el buque insignia de la gastronomía
del Hexagone.
Así mismo, determinadas materias primas menos conocidas por los legos en
materia culinaria están asociadas irremediablemente con la cocina francesa, al
ser elementos clave en la elaboración de numerosísimas recetas. Un ejemplo
serían la crème fraiche, el bouquet garni, las hierbas de Provenza o la mantequilla.
Historia
Fruto de la evolución centenaria de la nación francesa, su gastronomía
ha ido reinventándose sucesivamente con el paso de la historia, los movimientos
sociales, políticos o artísticos, la evolución en el tipo de jornada laboral y
el acceso a nuevas y diversas materias primas. El origen de las sucesivas
vanguardias culinarias fue siempre la ciudad de París, donde residían los chefs encargados de la realeza, figuras en algunos
casos de extrema importancia en la sociedad de la época y cuya influencia se
extendía al resto del Reino y del orbe.
Edad Media
Banquete en París en 1378 dado por Carlos V de Francia (centro) en
honor de Carlos IV de Luxemburgo (izquierda) y su hijo Wenceslao de Luxemburgo. Por Jean Fouquet, 1455–1460.
La comida diaria del hombre de a pie durante la Edad Media era repetitiva, de subsistencia y totalmente
dependiente de las materias disponibles en el entorno más cercano. Es sólo
durante los banquetes servidos a la aristocracia cuando se trata de desarrollar platos más
elaborados, base de la gastronomía medieval. En estos banquetes los platos se servían todos al mismo tiempo (service
en confusion) y eran comidos con las manos. Primaban las carnes,
acompañadas de pesadas salsas y mostazas y las tartas, que servían más a consideraciones prácticas y de manejo que culinarias
(hasta la Baja Edad Media no aparece la pasta brisa). Otra forma habitual de preparar los alimentos
era machacarlos hasta reducirlos a purés o pastas, basándose en la creencia muy
extendida de que eso facilitaba la asimilación de los nutrientes.4
Los banquetes terminaban con un issue de table que con el tiempo
evoluciona hacia el concepto actual de postre. Típicamente se podía tratar de
grajeas o peladillas, queso o vinos especiados como el hipocrás.5
Los ingredientes variaban con el flujo de las estaciones (y las
restricciones del calendario eclesiástico), existiendo métodos rudimentarios
para la conservación de alimentos. El ganado era sacrificado a principios del invierno y su carne ahumada o salada, mientras que las frutas, semillas o raíces se hervían en miel.
Para conservar vivos carpas, anguilas, tencas o besugos, se creaban estanques artificiales. La carne de
algunos mamíferos como ballenas, delfines o marsopas se consideraba pescado y era consumida durante
la Cuaresma.6 La avicultura, incluyendo palomas y pichones, estaba reservada a las élites
mientras que la caza (liebres, conejos, jabalís, aves o venados) era muy apreciada aunque difícil de conseguir.
Ave asándose en un espetón. Bajo el mismo hay una vasija para recoger
los jugos y reutilizarlos para salsas. Ilustración del Decamerón, Flandes, 1432.
Las especias como pimienta, canela, nuez moscada o clavo ya eran empleadas pese a que
su precio era muy elevado y se conservaban como auténticos tesoros. Además se
daba el uso de otras más infrecuentes hoy en día como hisopo, poleo, ruda o tanaceto y de
algunas completamente desaparecidas de la cocina actual como cubeb, granos del paraíso o pimienta larga. Por otro lado, se utilizaba
para condimentar vinagre o verjus combinado con azúcar o miel.
Una señal de refinamiento muy apreciada era el uso de colores
llamativos. Esto se fomentaba por ejemplo con preparados de zumo de espinaca y puerro para el verde, azafrán y yema de huevo para el amarillo, girasol para el rojo o verrucaria para el púrpura. En la decoración se empleaban láminas de oro y plata, lo que permitía construcciones muy vistosas. Uno de los platos
estrella en este sentido era el cisne o la variedades ya descubiertas de pavo asado y decorado con sus plumas en incrustaciones de oro en pico y
patas (generalmente rellenos con carne de otras aves más sabrosas como ganso o
pollo).7
El chef de cocina más importante de este periodo es Guillaume Tirel (también conocido como Taillevent),
quien serviría en varias cocinas reales durante el siglo XIV y alcanzaría el título de Maestre de las guarniciones de cocina del
Rey bajo el reinado de Carlos VI de Francia. Su obra Le Viandier recoge los conocimientos gastronómicos de la Francia Medieval y
constituye el primer libro de recetas que se aparta del De re coquinaria de la cocina romana.
Antiguo Régimen
Catalina de Médici tiene el
récord de 66 pavos (incorporados a las cocinas europeas tras el Descubrimiento) servidos en una cena.8
Durante el Antiguo Régimen la actividad económica y
cultural se centraliza en París, hacia donde se dirigen los principales chefs y artesanos
gastronómicos. Los alimentos se distribuyen en los mercados (como los parisinos
de La Mégisserie o Les Halles) y la actividad económica
está regulada en gremios supervisados por las autoridades locales y la
corona.9
Entre los gremios relacionados con la alimentación se distinguen los de
materias primas (pescadores, carniceros, mercaderes de grano o de verduras) y
los de comidas más o menos elaboradas (panaderos, pasteleros, salseros,
charcuteros, queseros...). Estos gremios sentarán la base para la posterior
aparición de la actividad industrial, al definir entre otras cosas la
asignación de tareas (aprendiz, cocinero y maestro de cocina). Las cocinas
reales no se escapaban a esta jerarquía, no siendo infrecuente movimientos de
entrada y salida de las mismas dentro del mismo gremio.10
A lo largo de los siglos XV y XVI se van incorporando al acervo culinario los productos traídos de América como las alubias, con las
que se empieza a elaborar el cassoulet.
Siglo XVII e inicios del XVIII
Es durante el Siglo XVII cuando se sientan las bases de la haute cuisine actual. El padre de este
cambio de lo medieval a lo moderno es el cocinero François Pierre La Varenne, autor de los libros Le Parfait confiturier, Le Pâtissier
françois, L’École des ragoûts y, sobre todo, del célebre Cuisinier
françois,11 que supone una auténtica revolución en materia
culinaria. La Varenne preconiza potenciar el sabor natural de los productos
abandonando los platos fuertemente especiados. De las especias exóticas
(comino, jengibre, azafrán, nuez moscada, canela, cardamomo...) se pasan a las finas hierbas; perejil, tomillo, laurel, estragón, perifollo o salvia hacen su irrupción como condimentos. Los sabores agridulces son
proscritos y el azúcar, utilizado hasta el momento como una especia más se
reserva exclusivamente para los postres.
Se introducen nuevas hortalizas como la coliflor, los espárragos, los guisantes, el pepinillo o la alcachofa, a la vez que se cambia el concepto de cocción de los alimentos
tratando preservar al máximo su sabor en vez de hacerlos más duraderos. Se
aprovecha la mejora de las comunicaciones para buscar frutas, verduras y sobre
todo pescados cada vez más frescos, lo que evita pesadas salsas o preparaciones
que enmascaren una posible mala conservación.
De esta época data también Le Cuisinier roïal et bourgeois,
escrito por François Massialot en 1691. Cocinero por cuenta propia, Massialot trabaja ocasionalmente en la
corte y al servicio de otras grandes familias sin estar adscrito a ningún
gremio. Su obra se trata del primer recetario donde los platos aparecen
clasificados por orden alfabético, si bien no detalla las cantidades que se
deben emplear, con lo que se entiende que es un libro destinado a los ya
iniciados en materia de cocina.12 Posteriores reediciones de Le Cuisinier
roïal et bourgeois incluyen nuevas recetas hasta completar un segundo
volumen y más detalles técnicos que lo hacen asequible a un público menos
especializado.
Finales del XVIII y XIX
El terremoto de la Revolución francesa barre
también los cimientos de la industria alimentaria. Al suprimir los gremios,
cualquiera puede cocinar y vender cualquier producto sin más control que el de
las propias autoridades. En esta época ejerce como pastelero Marie-Antoine Carème, quien tras
ser descubierto por Talleyrand acabará al servicio del propio Napoleón.
Carème es célebre en su época por sus extravagantes construcciones de
dulces conocidas como pièces montèes.13 Pero su verdadero legado a la posteridad es la
denominación de unos fondos o salsas madres a partir de
las cuales y con pequeñas variaciones llega a crear un amplísimo repertorio. Se
trata de las salsas, española,velouté , bechamel,holandesa y tomate , que todavía se emplean hoy en día.
Pese a que para el gusto actual sus preparaciones puedan parecer
excesivamente barrocas, Carème simplificó y codificó toda la cocina existente
de la época (mucho más complicada todavía de como aparece en su obra). Sus
conocimientos se resumen en Le Maître d'hôtel français (1822), Le
Cuisinier parisien (1828) y L'Art de la cuisine française au dix-neuvième
siècle (1833-5).14
Siglo XIX
Los métodos y usos culinarios van a sufrir una nueva revisión con la
irrupción durante las últimas décadas del siglo XIX de otra figura de la gastronomía gala, el chef Georges Auguste Escoffier. Durante su paso al mando de
las cocinas de los restaurantes de algunos de los hoteles más prestigiosos del
continente (como el Savoy o el Carlton de Londres, el Grand Hôtel de Montecarlo o los Ritz de París y Nueva York), Escoffier crea un sistema de división del
trabajo en equipos llamados brigades de cuisine. De esta
forma cada plato, en vez de ser preparado íntegramente por un único cocinero,
lo es por un grupo de ellos donde cada uno se encarga únicamente de la parte en
la que está especializado.15
Del mismo modo Escoffier reordenó la estructura de los menús a través de
una serie de artículos en revistas especializadas y finalmente con su obra Livre
des menus 1912. Adoptó el servicio a la rusa
(previamente popularizado en la década de 1860 por Félix Urbain Dubois),
donde los alimentos se preparan en grandes piezas, se llevan en un carro a la
mesa bien decorados y se cortan delante de los comensales permitiéndoles
comerlos calientes.
Pero la obra que le inmortaliza es sin duda Le Guide culinaire 1903, escrito en colaboración con otros autores y considerado como uno de
los libros de cocina más importantes de la historia.
Además de en sus propias recetas,16 Escoffier se inspira en los clásicos de Carème,
Dubois y en versiones modernas del Viander de Taillevent, pero también
en platos campesinos que recopila y traslada al lenguaje de la nueva cocina.
Busca la sofisticación a través de ingredientes caros y escasos y resta
importancia al uso de las salsas consistentes, abogando por los fumets. Busca que las guarniciones y salsas potencien el sabor propio de los
platos en vez de enmascararlo.
Pese a sus 5.000 recetas y las 4 reediciones a las que lo sometió
durante su vida, Escoffier no consideraba Le Guide Culinaire un trabajo
exhaustivo, o al menos «no podía serlo durante mucho tiempo» debido «al
continuo progreso que vive la gastronomía».17
Siglo XX
Pese a que el término nouvelle cuisine fue aplicado a distintos
chefs en distintos momentos de la historia (a Vincent La Chapelle, François
Marin y Menon en los años 1740 o a Escoffier en los años 1880 y 1890 por ejemplo) se aplica hoy en día a la reacción contra la Cuisine classique protagonizada a partir de la década de 1970 y popularizada en la de 1980 por los alumnos de Fernand Point (los hermanos Jean y Pierre Troisgros, Roger Vergé, Michel Gerard, Raymond Oliver y, sobre
todo, Paul Bocuse).
Esta tendencia se caracteriza por simplificar la forma de cocinar. Se
hace hincapié en salsas y caldos más livianos y condimentados con hierbas y
especias más finas que buscan la combinación de sabores (frente a la tendencia
anterior que pretendía realzarlos o la medieval, que enmascaraba).
Desaparece la harina como espesante (de la salsa roux) y se sustituye por huevo, manteca o crema. Se minimiza asimismo el uso
de otras salsas potentes como bechamel o española.
Por un lado se simplifica el servicio presentando los platos ya
preparados desde la cocina (la responsabilidad de la presentación vuelve a
recaer en el chef y no en los camareros) y por otro se trata de potenciar los
cinco sentidos en el emplatado del alimento con colores, olores y formas
vistosas e innovadoras.
Se reducen las raciones y en algunos casos se aumenta el número de
platos por menú pero teniendo en cuenta por primera vez cuáles son las
necesidades alimenticias del comensal sin incurrir en excesos (se dice que el
origen de esto puede estar en la escasez de alimentos durante la Segunda Guerra Mundial).18
Distribución de las comidas
Persona comiendo la típica tartine (pan con mantequilla y
mermelada).
Desayuno
El desayuno francés suele seguir las pautas tradicionales de la Europa continental (menos
copioso que el de los países anglófonos). Cabe destacar que, en consonancia con
la fama de Francia por sus viennoiseries (bollerías de origen vienés) y
el consecuente desarrollo de la bollería industrial, el consumo de cruasanes,
brioches, magdalenas, napolitanas de chocolate, pan de pasas u otros productos
de este tipo —antes reservado a desayunos especiales—, se ha extendido a los
desayunos de todos los días.19 El desayuno típico del francés medio es el pain
et confiture, baguettes abiertas por la mitad untadas en mermelada y mantequilla.20
Suele acompañarse de bebidas calientes (típicamente café con leche o
café solo, pero también chocolate o té) y ocasionalmente precedido de zumos o
piezas de fruta.
Almuerzos y cenas
Como en casi cualquier país, la comida que puede encontrarse en los
restaurantes será por lo general más copiosa que la que consume la gente de a
pie en sus casas. Sin embargo, si se va a uno de estos establecimientos o si se
es invitado por un francés a una comida medianamente formal en su domicilio, el
orden habitual de los platos (salvando las diferencias regionales que pueden
encontrarse) será el siguiente:
- Apéritif. Es habitual dar la bienvenida con alguna bebida alcohólica: vinos dulces como el Oporto, mistelas como el Pineau des Charentes, bebidas alcoholizadas a base de hierbas, o cócteles como el kir (vino blanco y licor de arándano o grosella). Se acompaña de algo de comida (por lo general fría) como canapés, encurtidos, charcutería, frutos secos, aceitunas, etcétera. El concepto es parecido al de las tapas españolas.
- Entrée o hors d'oeuvre. El primer plato suele ser más ligero que en otras gastronomías, más próximo a los antipasti italianos. Son habituales las ensaladas (salades), sopas (soupes) para las cenas, platos de verduras crudas (crudités), charcutería variada, patés, determinadas frutas como el aguacate o el pomelo que se comen de entrante, pasteles o tartas saladas como el pâté Lorrain o la quiche.
Tabla de quesos con Valençay, Ossau-Iraty, Bleu d'Auvergne,
Epoisses de Bourgogne,
Neufchâtel, Saint-félicien.
Epoisses de Bourgogne,
Neufchâtel, Saint-félicien.
- Plat principal o plat de résistance. Aquí es donde se sirve la carne o el pescado en sus distintas preparaciones, aunque también pueden ser a base de arroz, pasta o legumbres.
- Fromage. Entre el plato principal y los postres es costumbre servir una selección de quesos para degustar.21
- Dessert. El postre puede ir desde simple fruta o yogur a cualquier tipo de dulce más elaborado.
Lo habitual es concluir la comida con un café solo, y si se desea con una pequeña copa de licor (digestif),
como el Armañac, el Coñac, o diversos aguardientes de fruta, para ayudar a bajar la comida.
Aunque en algunas zonas del norte y del este del país la cerveza forme
parte de su cultura, lo habitual es que las comidas se acompañen de vino (cuyo color varía según los platos servidos). En la región de Champaña, es tradicional servir champagne durante
toda la comida.
Entre semana, el horario habitual para las comidas es entre las doce de
mediodía y la una y media de la tarde, mientras que para las cenas los
restaurantes abren de 8 a 10 y media de la noche. Si bien estos son los
horarios comerciales, las comidas familiares los fines de semana pueden
prolongarse de forma considerable.
Cartel de una brasserie.
Tipos de restaurantes
Los franceses distinguen varios tipos de establecimiento donde se sirve
comida y bebida, en función de la hora del día:
- Restaurant. Es el mismo concepto de restaurante que puede encontrarse en casi cualquier país del globo. Varían los menús según la especialización de cada uno y el nivel de lujo. Los platos se seleccionan en función de un menú preestablecido o a la carta.
- Bistrot o bistró. Más pequeño y de carácter más familiar, los menús suelen dictarse verbalmente o se escriben cada día en una pizarra.
- Bistrot à Vin. Similar a una taberna, actualmente este término evoluciona hacia vinotecas donde pueden degustarse vinos de las distintas AOCs.
- Brasserie. En su origen se refería a las fábricas de cerveza que solían disponer de una taberna donde se podía también comer. Hoy en día, una brasserie ofrece además de bebidas a lo largo de toda la jornada una pequeña selección de platos para acompañarlas. Es el equivalente de las cervecerías en España.
- Café. Los cafés, que no se deben de confundir con las cafeterías, son la primera opción para el consumo de cafés y bebidas alcohólicas. Aunque hay excepciones (en general bocadillos, crêpes o ensaladas), no están destinados al consumo de comida.
- Salon de thé. Orientados a bebidas calientes (tes, infusiones, cafés y chocolates), y especialmente frecuentados en desayunos y meriendas, suelen servir dulces y pasteles en acompañamiento. Debido al efecto de la inmigración muchas teterías han ido adquiriendo un carácter étnico y es fácil encontrar en las grandes ciudades salones de té orientales donde acompañar el té de una pipa de agua o pastelería árabe.
- Bar. A pesar del nombre norteamericano, es simplemente un establecimiento destinado a bebidas alcohólicas más sofisticadas (cócteles, licores...) y a un público por lo general más nocturno.
- Bouchon. Restaurante típico de Lyon. Comida tradicional cercana a la haute cuisine.
- Estaminet. Restaurante típico de la región Norte-Paso de Calais. Antiguos lugares de reunión de las clases trabajadoras hoy reconvertidos en atracciones turísticas.
Especialidades por origen
Según la región
- Alsacia:
- Baeckeoffe, estofado a base de patatas típico de Estrasburgo
- Beerawecka, bizcocho de frutas
- Bredela, pequeños pasteles de Navidad
- Choucroute garnie, Sauerkraut con salchichas, sal, patatas, carne de cerdo
- Flammkuchen, tarta flambeada de aspecto similar a la pizza
- Kouglof, brioche en forma de montaña
- Mannala, hombrecillo de pan
- Pretzel, galletita de origen alemán
- Spätzle, pasta en forma de gorriones (muy típica del sur de Alemania)
- Artois-Picardía:
- Andouillette de Cambrai, salchicha a base de intestinos de cerdo o vaca
- Escavèche, escabeche de pescado de agua dulce en vino y vinagre
- Hochepot, estofado de cuatro carnes con vegetales
- Potjevleesch, tarrina de cuatro-carnes
- Bretaña:
- Crêpes, el postre más conocido de la cocina gala
- Far Breton, flan con frutas (en general ciruelas pasas)
- Kig ha farz, carne de cerdo hervida junto con una masa de harina de trigo negra
- Galette, crêpes saladas elaboradas con harina de trigo sarraceno
- Kouign amann, tarta elaborada con gran cantidad de mantequilla
- Yod kerc'h, gachas de avena salada tradicional
- Borgoña:
- Escargots de Bourgogne (Helix pomatia), caracoles cocinados en sus conchas que se rellenan antes de servir con mantequilla, ajo y perejil
- Gougère, pastel hecho de pasta choux mezclada con queso Comté o Gruyère
- Huevos en meurette, huevos pochados acompañados de pan tostado y salsa de vino tinto
- Mostaza, especialidad de Dijon
- Pôchouse, estofado de pescado en vino tinto
- Potée bourguignonne, variante del pot-au-feu a base de carne de cerdo salada y repollo
- Languedoc-Rosellón
- Bourride, plato de pescado típico de Sète
- Brandada de bacalao, pasta de bacalao desmigado gratinada típica de Nimes
- Cassoulet, guiso hecho con alubias blancas y distintas partes de carne animal
- Lemosín
- Clafoutis, tarta de cerezas
- Pâté aux pommes de terre, tarta de patatas y crème fraiche.
- Lorraine:
- Mirabelles, un tipo de ciruela casi exclusivo de la región con que se elaboran licores, mermeladas y tartas
- Quiche Lorraine, tarta salada a base de huevos, créme fraiche y beicon
- Potée Lorraine, sopa de carne de cerdo, embutidos y verduras
- Pâté Lorrain, carne de cerdo y ternera marinada, envuelta en masa de hojaldre
- Normandía:
- Tripes à la mode de Caen, callos cocinados en sidra y Calvados
- Matelote, pescado cocinado en sidra o vino
- Provenza-Alpes-Costa Azul:
- Bouillabaisse, sopa hecha con una mezcla de pescados mediterráneos, tomates y hierbas
- Calisson, dulce típico de Aix-en-Provence
- Ensalada nizarda, especialidad de Niza
- Pan-bagnat, bocadillo relleno de los ingredientes de la ensalada nizarda
- Pastis, licor de anís
- Pissaladière, variante nizarda de la pizza
- Ratatouille, pisto hecho con berenjena, tomate, calabacín, pimientos y albahaca
- Socca, pasta de harina típica de Niza
- Tapenade, puré de olivas negras usado como aperitivo o condimento
- Ródano-Alpes
- Crème de marrons, mermelada de castañas típica del Ardèche
- Coussin de Lyon, dulce lyonés a base de chocolate y pasta de almendras
- Fondue savoyarde, fondue elaborada con queso y vino blanco donde se mojan pequeños cubos de pan
- Gratin dauphinois, gratinado de patatas y nata que suele servir de acompañamiento
- Nougat, dulce típico de Montélimar
- Quenelles, albóndigas con forma de salchichas, típicas de Lyon
- Tartiflette, tarta de patatas, queso Reblochon, crema y beicon
- Raclette, queso Raclette fundido servido sobre patatas y charcutería
- Sopa de cebolla, acompañada a menudo con tostas y queso fundido
La salade landaise es un plato popular que mezcla los
ingredientes del sudoeste, típicamente gésiers, piñones y pato o ganso confitados.
- Suroeste:
- Canelés, pastelitos típicos de Burdeos
- Cassoulet, un plato elaborado con alubias, salchicha y confit de pato o ganso
- Confit de canard, carne de pato confitada en su grasa (a veces también de oca o ganso)
- Foie gras, el hígado de patos o gansos cebados
- Garbure, sopa de col
- Jamón de Bayona, salado con sal de las salinas del estuario del Adur
- Salade landaise, ensalada con elementos del pato (típicamente mollejas, paté o magret)
- Salchicha de Toulouse, similar a la butifarra
- Gastronomía vasca, como pinchos, piperrada, pastel vasco...
Un croque-monsieur gratinado puede encontrarse en panaderías y
puestos ambulantes de todo el país.
Especialidades pan francesas
Los siguientes platos son conocidos por todo el territorio galo sin ser
especialidad de ninguna región en concreto:
- Coq au vin, estofado de gallo al vino
- Croque-monsieur, sándwich mixto al horno (si lleva huevo se denomina croque-madame)
- Hachis parmentier, gratinado de puré de patatas y carne picada
- Pot-au-feu, cocido de buey y verduras
Como lo son así mismo algunos dulces que pueden encontrarse en las boulangeries
(panaderías) de toda Francia:
Platos no franceses
Los siguientes platos puede pensarse que son franceses, pero no lo son o
su origen no está claro:
- Patatas fritas: Francia, España y Bélgica se disputan su invento.
Bibliografía
- VV.AA. (2007) (en español). Larousse gastronomique. Larousse, Barcelona. ISBN 978-84-8016-434-4.
- Robuchon, Joel (2008) (en español). Todo Robuchon: Una biblia de la gastronomía francesa. RBA Libros, Barcelona. ISBN 978-84-9867-226-8.
- Wheaton, Barbara Ketcham (1996) (en inglés). Savoring the Past: The French Kitchen and Table from 1300 to 1789. First Touchstone, Nueva York. 978-0-684-81857-3.
- Mennel, Stephan (1996) (en inglés). All Manners of Food: eating and taste in England and France from the Middle Ages to the present. University of Illinois Press, Chicago. 978-0-252-06490-6.
- Dominé, André (ed.) (1998) (en inglés). Culinaria France. Könemann Verlagsgesellschaft mbh, Colonia. 978-3833111297.
- Rambourg, Patrick (2010) (en francés). Histoire de la cuisine et de la gastronomie françaises. Perrin (coll. Tempus n° 359), Paris. ISBN 978-2-262-03318-7.
- Rambourg, Patrick (2011) (en español). Historia de la cocina y la gastronomia francesa. Claridad, Buenos Aires. ISBN 978-950-620-325-2.
Notas y referencias
1. ↑ Barlösius, Eva (1999) (en alemán). Soziologie
des Essens. Juventa Verlag GmbH, Weinheim. p. 150. ISBN 978-3779914648. «La cocina francesa se
considera en muchos países como la más desarrollada desde el punto de vista
cultural»
2. ↑ France Guide. Página oficial del turismo francés (ed.): «La gastronomía en Francia». Consultado el 28-11-2008.
3. ↑ «La Lista Representativa del Patrimonio Cultural Inmaterial de la UNESCO
se enriquece con 46 nuevos elementos». Consultado el 17-08-2011.
4. ↑ Wheaton, Barbara Ketcham (1996) (en inglés).
Savoring the Past: The French Kitchen and Table from 1300 to 1789. First Touchstone, Nueva York. pp. 13-15. ISBN 978-0-684-81857-3.
11. ↑ François-Pierre de La Varenne (Prólogo de Mary y Philip Hyman) (2001) (en francés). Le cuisinier françois (D'après
l'edition de 1651). Manucius. ISBN 9782845780262.
13. ↑ Mennel, Stephan (1996) (en inglés). All
Manners of Food: eating and taste in England and France from the Middle Ages to
the present. University of Illinois Press, Chicago. pp. 144-145. ISBN 978-0-252-06490-6.
18. ↑ Hewitt, Nicholas (2003) (en inglés).
The Cambridge Companion to Modern French Culture. The
Cambridge University Press, Cambridge. pp. 109-110. ISBN 978-0521794657.
19. ↑ Recetas con historia e historia de la gastronomía (ed.): «Historia del croissant». Consultado el 28-11-2008.
20. ↑ Alianza Francesa de Santa Marta, Colombia (ed.): «Organización de un desayuno francés».
Consultado el 28-11-2008.
Véase también
- Guía Michelin, la guía más famosa de restaurantes (originaria de Francia).
- Paradoja francesa: ¿por qué los franceses tienen mejor salud cardiovascular llevando una dieta particularmente grasa?
- Quesos franceses y vinos franceses. Los dos productos estrella de la gastronomía gala.
- AOC, denominación de origen que marca a los mejores productos franceses.
Enlaces externos
- Wikimedia Commons alberga contenido multimedia sobre Gastronomía de Francia.
- Recetario de cocina francesa
- Página oficial del turismo francés. La gastronomía de Francia
- Site officiel de la Chambre syndicale de la haute cuisine française (en francés)
Gastronomía de Francia, Elaborado por Ivannia Angulo IPEC de Liberia
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